en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre.

sábado, 24 de marzo de 2012

hacia tanto tiempo que no caminaba por la arena.había olvidado lo que es caminar descalza sobre la ella, enterrar el pie, levantarlo y sentir como se escapa la arena entre los dedos de los pies.
había olvidado lo que es el olor del protector solar y el tacto que deja sobre piel. y lo que es tener la cara ligeramente tostada por el sol.
había olvidado la sensación que da tocar el agua fría del mar en pleno mes de marzo.
había olvidado también que después de estar un largo rato  tomando sol  boca arriba con los ojos cerrados al levantarse se ve el cielo de otro color.Y el escozor de sal pegada a la piel cuando me pongo la camiseta para volver a casa o cuando me visto para ir a comprar al kiosco de al lado.
había olvidado todo eso.


Vivo a muy poca distancia de la playa, me crié bajando a ella todos los fines de semana desde que empezaba la primavera con mamá.
Aun voy, pero hecho de menos hacer el pino en la arena, los castillos, las piscinas que hacia, las tardes enteras en las que peonía toda la playa patas arriba y no quedaba ni trozo de ella que estuviera sin revolver , otras cogiendo cabosos cuando bajaba la marea, y otras tirándome del muelle.bajar por la mañana y volver a casa de noche.llegar , quitarme corriendo la ropa y tirarme corriendo al agua, sin pensarlo, salir del agua y tirarme a la arena, rodar por ella hasta llegar a la orilla y soltar un grito cuando tocaba el agua fría pero se convertían en carcajadas. tardes en las que nos pasábamos una hora haciendo bolas de arena para luego tirarnos las unos a otros y acabar con todas ellas en cinco minutos.

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